Estos gatos son reconocibles por sus características orejas pequeñas y plegadas hacia el frente.  Podemos trazar su historia hasta el 1961 cuando un pastor de la región de Tayside en Escocia, William Ross, vio una gata blanca llamada Susie, en la granja de su vecino, con las distintivas orejas dobladas.  William y su esposa Mary adoptaron una gatita blanca de la próxima camada de Susie, que nació también con las orejas dobladas.  Le llamaron Snooks y podríamos afirmar que todos los gatos Scottish Fold de hoy pueden rastrear su linaje hasta ella y Susie.

En el 1974 se otorgó carácter de raza a los gatos con esta peculiar característica, que surge como consecuencia de una mutación genética espontanea que produce un gen dominante incompleto y no como consecuencia de un cruce realizado por los humanos. De hecho, tan pronto se estableció la raza, se creó una ley que prohíbe el cruce de estos gatos entre sí, debido al desarrollo de anomalías óseas graves.   Solo pueden ser cruzados con gatos de orejas erguidas, por lo que no todos los gatitos de las camadas nacen con las distintivas orejas dobladas, lo que se puede apreciar después de la tercera o cuarta semana de nacidos.  Debido a esto, el Scottish es un gato de difícil adquisición y suele haber listas de espera a nivel mundial. Su costo puede fluctuar entre los $600.00 y $1,000.00 como mascota y si estará destinado a participar en competencias los precios suelen comenzar en ocasiones en los $1,200.00.  

El Scottish Fold es un gatito robusto, fornido y su pelaje existe en toda la gama de colores posible en los gatos. Su apariencia amable y dulce va a la par con su carácter, se pueden adaptar prácticamente a cualquier tipo de ambiente y situación y suelen ser muy amigables tanto con humanos como con otros animales. Su voz es delicada y no suelen ser muy “habladores”.

Algunas personas se sorprenden cuando ven un/a gato/a lamiendo a una persona ya que suelen pensar que esto es un comportamiento típico de los perros y no de los primeros. En realidad el que un gato lama a una persona es un comportamiento común tanto en uno como en el otro, si bien en los perros es mas frecuente ya que lo emplean cuando saludan con alegría, siendo esta una de sus maneras de socializar. También lo hacen a manera de agradecimiento o cuando estan ansiosos, entre muchas otras razones. 

Así también los gatos pueden lamer a una persona, en ocasiones por el sabor salado de las partes del cuerpo humano, que emana de las glándulas sudoríparas. O sea, que te saborea. Pero más comúnmente, sin embargo, es un signo de afecto y cuando lo hace es como si te estuviera diciendo que definitivamente eres un miembro de su familia y por lo tanto te acicala y te limpia como lo haría con otro gato/a cercano a él. Y de paso también te marca como de su propiedad, de su territorio ya que los gatos tienen en su boca unas glándulas que al lamer o pasar la cara o el hocico por alguna persona o alguna cosa, lo marcan como propio. Otro signo de afecto es darte pequeños mordisquitos en las manos o la cara después de lamerte.